No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.
- Cicerón

Era I

Año 1 - El primer altercado

Tanto sus escritos como sus historias parecen llevar a un punto común en la historia de los Kêmbe, indicando un posible origen en Rojava, el continente occidental de Fendei.

Se cree que el motivo por el cual se debieron ocultar bajo tierra fue la dificultad para sobrevivir en un entorno hostil, donde criaturas mucho más fuertes y de mayor tamaño competían para ganar su territorio.

Muchos siglos ocultándose llevaron a que, por guerras internas y búsqueda de expansión territorial, un grupo de ellos emergiera a la superficie de Nokord.

Una vez allí no pasó mucho hasta encontrarse con los elfos, que los consideraron una amenaza, perturbando su paz. El primer contacto fue desfavorable, y luego comenzó una trifulca entre las especies.

Esta guerra terminó con una pérdida de población moderada para ambos bandos, que tras casi dos siglos y medio de conflicto firmaron un tratado de no agresión que establecía que los Kêmbe se quedarían en las profundidades, o Bin' erdê, como la denominaron los Daahir.

Por su parte, los elfos no se meterían en su región siempre y cuando los enanos no se expandieran por debajo de sus caminos y ciudades.

Año 73 - Desembarco de Xêríbes

Pocos años después llega al noroeste una nueva especie que los elfos llamarían Xêríbes, y luego serían conocidos bajo el nombre de Humanos, quienes vendrían huyendo de una peste en su continente natal, nunca vuelto a visitar, llamada Esasi en su lengua nativa.

Al llegar a tierra firme se provocó una expansión acelerada y la fundación de múltiples edificaciones en la región circundante al territorio de desembarco, fundándose así dos ciudades principales humanas a ambos extremos del estrecho, sobre las cuales se fundaron las actuales Prota y Porfirio.

Los elfos no los consideraron una amenaza sino una oportunidad, y les permitieron asentarse en la región siempre y cuando no se expandieran hacia el este, donde se encontraban las ciudades élficas.

Los humanos demostraron ser una especie diplomática y adaptable, lo que llevó a que en menos de un siglo se expandieran por gran parte del continente, llegando a las fronteras de los elfos y los enanos, aportando a la economía, la cultura y la ciencia con todos los conocimientos que traían desde Esasi.

Año 215 - La primera especie esclava

Una nueva especie inteligente es descubierta en una expedición élfica más allá de las montañas norteñas.

Los elfos, expandiéndose por el continente, se encontraron con una especie de seres fuertes y de piel gruesa que vivían en tribus y se comunicaban entre sí con un lenguaje gutural. Estos seres fueron llamados por los elfos Hêzdar, que en su lengua significa "fuerte", luego serían conocidos como Orcos en el lenguaje común.

Los elfos, al no poder hacerse entender, los consideraron meros animales y los esclavizaron, llevándolos a sus ciudades para que trabajaran en las minas y en la construcción de edificaciones, ya que eran seres fuertes y resistentes y podían realizar trabajos físicos sin necesidad de la magia. Les prohibieron la comunicación y la cultura, convirtiéndolos en meras bestias de carga. Además, como se reproducían rápidamente se volvieron una fuente de mano de obra barata y abundante.

Durante muchos años solo los Daahir supieron de la existencia de los Hêzdar, a quienes mantuvieron en secreto mientras aumentaban su número y los entrenaban para la guerra en caso de que los humanos o los enanos se volvieran en su contra.

Año 376 - La gran guerra

Luego de casi dos siglos de paz, los Daahir se vieron envueltos en un conflicto con los Kêmbe nuevamente, pero esta vez no por la expansión de estos últimos, sino por la de los Xêríbes, que descubrieron de la existencia de los Hêzdar y aborrecieron la situación en la que se encontraban los orcos.

Esto los llevó a realizar una alianza con los Kêmbe, que habiendo descubierto la existencia de los orcos y considerándolos una amenaza, se prepararon para atacar a los elfos y liberar a los Hêzdar.

La situación pasó de incómoda a hostil en cuestión de meses, pero mientras los Daahir habían estado criando un ejército muy poderoso, los Kêmbe forjaron armamento de una calidad excelente y en una enorme cantidad con ayuda de la tecnología humana y la magia élfica aprendida por los humanos durante el tiempo de paz.

Esto dió comienzo a La gran guerra, que duró hasta el final de la primera era.

Año 500 - La revuelta de los Hêzdar

Décadas de combate hicieron que los elfos permitieran a los orcos desarrollar su idioma propio para comunicarse en el campo de batalla, permitiendo luego que los Hêzdar pudieran entablar relaciones con los humanos y los enanos, lo que llevó a un pacto entre estos últimos donde colaborarían mutuamente para librarse de los Daahir, gestando así la revuelta más sangrienta de la primera era, acabando con dos tercios de la población élfica mundial.

Año 530 - La fragmentación racial

Una facción extremista élfica, viéndose superada y temiendo el inminente peligro de extinción, realizó un ritual disgenésico, optando por abandonar sus características innatas para adquirir otras que los beneficiaran temporalmente.

De esta forma surgen dos nuevas razas élficas:

• Saamayn, también conocidos como Elfos Impuros que, a costa de su longevidad y dominio arcano, aumentaron su probabilidad de reproducción, lo que es la principal desventaja de los Daahir, seres prácticamente infértiles.

• Ta'dow, llamados también Trolls, una parte aún más pequeña de los Daahir decidió reducir solo su longevidad, manteniendo sus habilidades arcanas. Esto los llevó a tener que soportar una gran cantidad de Dominus en su cuerpo, ahora más débil, causándoles deformaciones pero dándoles una mayor posibilidad de reproducirse que sus congéneres.

Los Daahir, traicionados por sus contemporáneos pero todavía en guerra, decide aceptar a los Saamayn, pero rechazar a los Ta'dow, ya que la consideraban criaturas retorcidas y peligrosas, más aún que los Hêzdar.

Los Trolls, buscando sobrevivir y siendo perseguidos por los elfos de mayor pureza, escapan y se refugian en los bosques del noreste del continente con el fin de mantener la especie y seguir vivos, sin embargo se ven reducidos aún más en su número debido a la cacería, por lo que luego de su aparición, su interferencia en el conflicto bélico fue casi nula.

Año 590 - El cataclismo

En plena guerra contra los Kêmbe, los Hêzdar y los Xêríbes ya asentados, los Daahir se ven diezmados por el poder físico y militar de la alianza que los estaba arrasando por el oeste, norte y sur.

Habiendo perdido gran parte de su dominio terrestre, recurrieron a lo que más acceso tenían: Dominus.

En un arrebato por sobrevivir y mantener su orden, considerando que sus enemigos representaban un peligro para ellos y para todo Fendei, los Daahir utilizaron la esencia mágica pura para expulsar a todas las especies no élficas a otros planos que no fueran el terrenal.

Esto provocó lo que luego los historiadores llamarían la Convergencia Planar, o el Cataclismo.

La totalidad de Dominus que se canalizó, junto con el descomunal número de seres que fueron expulsados del plano a la vez, generaron una inestabilidad espacio-temporal que ocasionó que los distintos planos se rasgaran al mismo tiempo.

El objetivo original era cualquier ser inteligente que habitase el continente. Sin embargo, acabó siendo miles de millones de criaturas que fueron arrebatadas de su realidad y enviadas aleatoriamente a otra.

Esto produjo la aparición de una enorme cantidad de nuevas especies, así como el final de una era que condenó el destino de todo Fendei.

Y del universo mismo.